Se refiere a un estilo de juego caracterizado por la cautela y la selectividad en la selección de las manos iniciales. Un jugador tight tiende a jugar menos manos y a entrar en los botes con manos más fuertes y de mayor calidad que tienen una mayor probabilidad de éxito. Este estilo suele implicar retirarse más a menudo y ser más conservador a la hora de elegir las manos, jugando sólo las que tienen una mayor probabilidad de ganar. Un jugador tight es menos propenso a asumir riesgos y participa en menos manos en comparación con un jugador con un estilo más suelto (o loose) y agresivo.